La organización de las mujeres en las luchas armadas es motivada por las más crueles injusticias que el capitalismo perfila hacia nosotras, quienes en tiempos de guerras somos consideradas botín, y la única alternativa de lucha y resistencia es nuestra organización e incorporación a la causa revolucionaria. Ejemplo como el del ejército rebelde y su pelotón femenino son firmes pruebas de las capacidades de lucha, disciplina, constancia y conciencia política que alcanzamos las mujeres en procesos revolucionarios como el que libró nuestra hermana republica de Cuba durante finales de la década de 1950 contra la dictadura de Fulgencio Batista. Este pelotón femenino de revolucionarias en armas, que fue llamado “Mariana Grajales” (las marianas), es un precedente de los logros que la revolución aportó a la condición de vida de las mujeres cubanas a partir de 1959.
El espíritu inquebrantable en el combate, la valentía, la firmeza y disciplina de las mujeres que lucharon por acabar con las injusticias del régimen de Batista dan muestra de que la defensa de la patria es un deber y un derecho revolucionario tanto para hombres, como para mujeres. (continúa)