
Por: Mercedes Romero.
El veinticinco de noviembre de 1960, la dictadura de Trujillo dio muerte a tres hermanas: María Teresa, Minerva y Patria Mirabal, por su activa oposición al régimen. Años más tarde, en 1981, las asistentes al Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe deciden reivindicar la fecha como Día contra la Violencia hacia las Mujeres.
En 1999, la Asamblea General de las Naciones Unidas declara el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, mediante resolución 54/134, del 7 de febrero de 2000, que parte de considerandos como los siguientes:
Reconociendo que la violencia contra la mujer constituye una manifestación de unas relaciones de poder históricamente desiguales entre el hombre y la mujer, que han conducido a que el hombre domine a la mujer y discrimine contra ella, impidiendo su adelanto pleno, y que la violencia contra la mujer es uno de los mecanismos sociales fundamentales por los que se reduce a la mujer a una situación de subordinación respecto del hombre.[1]
En 1999, la Asamblea General de las Naciones Unidas declara el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, mediante resolución 54/134, del 7 de febrero de 2000, que parte de considerandos como los siguientes:
Reconociendo que la violencia contra la mujer constituye una manifestación de unas relaciones de poder históricamente desiguales entre el hombre y la mujer, que han conducido a que el hombre domine a la mujer y discrimine contra ella, impidiendo su adelanto pleno, y que la violencia contra la mujer es uno de los mecanismos sociales fundamentales por los que se reduce a la mujer a una situación de subordinación respecto del hombre.[1]