Por: Eglimar Melero
Sólo pensemos un momento ¿Cuántas horas diarias o a la semana gastamos haciendo la comida o lavando ropa? Y si somos mujeres que trabajamos fuera de casa (porque cuando estamos en casa también estamos trabajando) tampoco estamos exentas de la «obligación» y nos sometemos a hazañas poco valoradas como por ejemplo levantarnos más de madrugada para dejar todo listo antes de salir a nuestro lugar de trabajo.
Este esfuerzo constituye una desigualdad social que recae sobre nosotras. Luego llega el fin de semana y el trabajo aún no acaba, nos esperan cerros de ropas sucias para lavar, las cuales nos restan hasta doce horas de nuestro tiempo… y pensamos: aun quedan baños y pisos por limpiar…
No basta con creer que la solución a esta condición de desigualdad y opresión que vivimos las mujeres quedara superada con medidas meramente individuales como por ejemplo correr con la suerte de tener un compañero/pareja que asuma las tareas del hogar de forma «equitativa» o sea, que el reparto sea entre ambos.
Nuestras propuestas deben apuntar mas allá, podemos hacernos una idea fijándonos en las propuestas que ya se están llevando a cabo en nuestro país debido al proceso revolucionario, «La Arepera Socialista» por ejemplo. Si nos damos cuenta la arepa es un plato fundamental en la mesa de lxs venezolanos, desayunamos y cenamos con Arepa, y con esta propuesta de la producción industrial de comidas de forma sostenible, se genera empleo y se solucionan dos comidas importantes del día. Claro, la «La Arepera Socialista» hasta ahora sólo reduce costos y precios en el mercado, pero es esta experiencia una de las que nos permite imaginar su transcendencia en el ámbito comunal cuando por ejemplo las «Casas de Alimentación» sean «Industria de la Alimentación Comunal». Trabajemos pues todas por la «SOCIALIZACION DEL TRABAJO DOMESTICO» y porque hayan mas areperas socialistas en las comunidades.
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